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Se caracteriza por la presencia de deficiencias sociales e interpersonales que se manifiestan por malestar psicológico y poca capacidad para las relaciones con los demás, así como por distorsiones del pensamiento y de la percepción y por un comportamiento excéntrico. Las personas que los sufren pueden presentar delirios que les hacen creer que todo lo que ven y oyen tiene referencia a ellos (por ejemplo, cada vez que oyen a alguien reírse por la calle están seguros de que se ríen de ellos). Tienen creencias extrañas o pensamientos distorsionados que influyen en su comportamiento, y pueden sufrir alucinaciones. Su pensamiento y su forma de hablar se encuentran fuera de lo socialmente aceptado, al igual que su comportamiento, que normalmente se valora como excéntrico o extraño. No suelen tener amigos íntimos ni confidentes más allá de sus familiares directos, ya que presentan altos niveles de ansiedad social. Presentan suspicacias e ideas paranoides que les hacen creer que los demás quieren hacerles daño o que no son de fiar.