Seleccionar página
Se trata de un patrón dominante de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control tanto de las emociones como del comportamiento. Se trata de personas que dan una importancia excesiva a los detalles, las normas, las listas, el orden o la organización, hasta el punto de que descuidan el objetivo principal de la actividad. Su perfeccionismo les impide terminar las tareas, y muestran una dedicación excesiva al trabajo y la productividad que les hace excluirse de las actividades de ocio y los amigos. Son personas demasiado escrupulosas e inflexibles en materias de moralidad o ética y exigen a los demás que hagan las cosas a su manera. No son capaces de deshacerse de objetos rotos o inútiles, aunque no tengan valor sentimental, por lo que tienden a acumular. Son cuidadosos en extremo con el dinero, ya que consideran que es algo que se ha de acumular por si algún día ocurre una catástrofe o emergencia. En general, son personas excesivamente rígidas y tercas.